Con un pequeño balcón con vistas al Macizo de Peña Cabarga




Situada en la primera planta de la casa, ésta habitación tiene 2 camas de 135x200 juntas que se pueden separar. Como cabecero, hemos colocado un enorme cuadro de azulejos italianos de un colorido variado, que esperamos os guste. Tiene un pequeño balcón con unas preciosas vistas al lago del Acebo (un lugar maravilloso para pasear, dar de comer a los patos o tumbarse en el prado al sol). Se puede colocar cama supletoria. Dispone de T.V. y Wi-Fi.
El baño, dispone de un plato de ducha de 1,80 m., y también tiene todos los amenities ( gel, champú, bodymilk, gorro de ducha y jabón de manos) y con secador de pelo. Se dejará a disposición de los huéspedes en la habitación, albornoz y zapatillas, para que disfruten del spa (sauna y jacuzzi).
Precio: 130 €/noche T. Baja y 155 €/noche T. Alta
Excelente en todo. Ubicación, instalaciones, amabilidad del personal, desayuno espectacular, entorno, etc. Para repetir sin dudarlo. Para los que vayan a visitar el Parque es un acierto seguro. En nuestro caso supero ampliamente las expectativas.
Fuimos con dos niños y estuvimos en una habitación espectacular. La decoración preciosa. Cómoda, limpia, con todo lujo de detalles. Con un baño enorme con ducha y una bañera aparte desde la que se ven las estrellas si te das un baño de noche.La habitación con una cama grande, vestidor para dejar las maletas y demás cosas, al otro lado un escritorio, sillones, las dos camas de los niños, que son cama cama. Impresionante. Con una terraza desde la que se veían los animales del parque de Cabárceno incluso los elefantes. La casa es preciosa con una entrada acogedora, acristalada que es donde se desayuna por las mañanas o en el jardín. Por cierto, un desayuno donde no falta de nada, casero y riquísimo. Es un jardín cerrado donde los niños pueden estar jugando tranquilamente mientras descansas un poco de las excursiones del día. La atención del personal es buenísima, desde la acogida de Valva hasta quien nos servía el desayuno. También tenía un jacuzzi que nos podíamos meter en familia, entramos con los niños y alucinaban. Auténticamente nos sentimos en casa. Nos hubiéramos quedado un mes más. Gracias Valva.