Situada en la planta principal, es preciosa y muy acogedora




Situada en la planta principal de la casa, esta pequeña habitación, con una cómoda cama de 150x200, tiene una peculiaridad, que sus paredes son de color dorado y le dan un aspecto de calidez y tranquilidad. Como cabecero hemos colocado una bonita foto del Parque de la Naturaleza de Cabarceno, hecha en el otoño y que hace que la foto y la pared sean muy similares por los tonos dorados, en el caso de la foto por las hojas de otoño y en el caso de la habitación por sus paredes doradas. Dispone de T.V. y Wi-Fi.
En el baño también tiene todas las comodidades, como son sus amenities (gel, champú, bodymilk, gorro de ducha y jabón de manos), además de secador de pelo con difusor. Se dejará a disposición de los huéspedes en la habitación, albornoz y zapatillas, para que disfruten del spa (sauna y jacuzzi).
Precio: 84 €/noche T. Baja y 105 €/noche T. Alta
Excelente en todo. Ubicación, instalaciones, amabilidad del personal, desayuno espectacular, entorno, etc. Para repetir sin dudarlo. Para los que vayan a visitar el Parque es un acierto seguro. En nuestro caso supero ampliamente las expectativas.
Fuimos con dos niños y estuvimos en una habitación espectacular. La decoración preciosa. Cómoda, limpia, con todo lujo de detalles. Con un baño enorme con ducha y una bañera aparte desde la que se ven las estrellas si te das un baño de noche.La habitación con una cama grande, vestidor para dejar las maletas y demás cosas, al otro lado un escritorio, sillones, las dos camas de los niños, que son cama cama. Impresionante. Con una terraza desde la que se veían los animales del parque de Cabárceno incluso los elefantes. La casa es preciosa con una entrada acogedora, acristalada que es donde se desayuna por las mañanas o en el jardín. Por cierto, un desayuno donde no falta de nada, casero y riquísimo. Es un jardín cerrado donde los niños pueden estar jugando tranquilamente mientras descansas un poco de las excursiones del día. La atención del personal es buenísima, desde la acogida de Valva hasta quien nos servía el desayuno. También tenía un jacuzzi que nos podíamos meter en familia, entramos con los niños y alucinaban. Auténticamente nos sentimos en casa. Nos hubiéramos quedado un mes más. Gracias Valva.